domingo, 5 de octubre de 2014

Yuriria, Guanajuato

Yuriria, Guanajuato


Un pueblo que alberga mágicas sorpresas. Destaca por su hermosa laguna, la cual presumen fue la primera obra hidráulica colonial de América, su lago-cráter y, al igual que el cercano Pueblo Mágico de Salvatierra, por las diferentes órdenes religiosas que llegaron a evangelizar la región. Rodeado de paisajes naturales, el pueblo es una mezcla de las costumbres indígenas y la arquitectura colonial de sus templos y conventos.

Tepotzotlan, Estado de México


Tepotzotlán, Estado de México


Sabíamos que Tepotzotlán guardaba una de las muestras de arquitectura religiosa más importantes del México virreinal, pero nunca imaginamos lo que verían nuestros ojos: desde la fachada del Templo de San Francisco Javier hasta el Camarín de la Virgen, la mano audaz de los artistas indígenas transformó con majestuosidad la madera, la argamasa, la cantera y el metal en trazos y formas de inigualable belleza.

Angangueo, Michoacan

Angangueo, Michoacán


En Michoacán, en la Sierra Madre Oriental, se encuentra Angangueo, un pueblo con un importante pasado minero. Su nombre da cuenta de las características de su geografía y significa lo mismo “pueblo entre montañas” que “a la entrada de la cueva”, “cosa muy alta” o “dentro del bosque”. Es uno de los afortunados lugares que la mariposa monarca eligió como santuario, de ahí que sus cielos se pinten durante algunos meses con su dorado batir de alas.

Otoño


Con el cambio de tonos en las hojas de los árboles, llegan algunos de los días más bellos para explorar los Pueblos Mágicos de México.
La temporada empieza con las fiestas patrias, que se viven con entusiasmo en Tequila y, sobre todo, en Dolores Hidalgo la cuna de la independencia. Más tarde con el Día de los Muertos, las calles e iglesias de Capulálpam se inundan de colores, imitando a pequeña escala la belleza de esta fiesta en Pátzcuaro. En Otoño los paisajes de Cosalá son espectaculares, al igual que en la Sierra de Órganos, cerca de Sombrerete, la exuberancia de Xilitla invita a refrescarse en las pozas y las extrañas formaciones de Mineral del Chico inspiran emocionantes aventuras. Del otro lado del país la temperatura del mar en Todos Santos enamora a cualquiera. Teúl y El Fuerte sacan sus mejores bailes en las fiestas regionales, mientras que Mier se engalana con actividades del Festival Internacional Tamaulipas. Los pueblos indígenas de Cuetzalan celebran en grande con la feria del Huipil, y en Tlalpujahua, Michoacán, el calor de los talleres de esferas contrasta con el aire frío que empieza a caer lentamente sobre estos pueblos.

Que es un "Pueblo Mágico"?

Los Pueblos Mágicos son colectivos muy antiguos, protagonistas de hechos históricos trascendentales y ricos en cultura, ya que conservan atributos simbólicos, arquitectónicos o naturales. Sus habitantes conservan sus costumbres y se sienten orgullosos de sus tradiciones, lo que los convierte en espacios vivos, con una gran cantidad de conocimientos y competencias.


Un pueblo Mágico es el reflejo de nuestro México, de lo que nos ha hecho, de lo que somos, y debemos sentirnos orgullosos.

Es su gente, un pueblo que a través del tiempo y ante la modernidad, ha sabido conservar, valorar y defender su herencia, histórica cultural, y la manifestación en diversas expresiones a través de su patrimonio tangible e intangible.

Un pueblo Mágico es una localidad que tiene atributos simbólicos, leyendas, historias, hechos trascendentes, cotidianidad, en fin MAGIA que emana  en cada una de sus manifestaciones socioculturales.

Efectivamente los Pueblos Mágicos de México han estado ahí por mucho tiempo, esperando el reconocimiento de sus valores y riqueza histórica cultural.

Su autenticidad, su medianidad, su encanto ancestral, sus colores y sus olores, sus pobladores, su singularidad en conjunto requieren hoy de su re-valoración de elevarlos a un estado de distinción, como un icono del turismo de México.