Los Pueblos Mágicos son colectivos muy antiguos, protagonistas de hechos históricos trascendentales y ricos en cultura, ya que conservan atributos simbólicos, arquitectónicos o naturales. Sus habitantes conservan sus costumbres y se sienten orgullosos de sus tradiciones, lo que los convierte en espacios vivos, con una gran cantidad de conocimientos y competencias.
Un pueblo Mágico es el reflejo de nuestro México, de lo que nos ha hecho, de lo que somos, y debemos sentirnos orgullosos.
Es su gente, un pueblo que a través del tiempo y ante la modernidad, ha sabido conservar, valorar y defender su herencia, histórica cultural, y la manifestación en diversas expresiones a través de su patrimonio tangible e intangible.
Un pueblo Mágico es una localidad que tiene atributos simbólicos, leyendas, historias, hechos trascendentes, cotidianidad, en fin MAGIA que emana en cada una de sus manifestaciones socioculturales.
Efectivamente los Pueblos Mágicos de México han estado ahí por mucho tiempo, esperando el reconocimiento de sus valores y riqueza histórica cultural.
Su autenticidad, su medianidad, su encanto ancestral, sus colores y sus olores, sus pobladores, su singularidad en conjunto requieren hoy de su re-valoración de elevarlos a un estado de distinción, como un icono del turismo de México.